La nadadora Lia Thomas ganó la prueba de las 200 yardas libre de la Ivy League, una competición que pone en liza a las ocho mejores universidades del noroeste de Estados Unidos. Thomas recorrió las últimas 50 en 25.04, un tiempo inalcanzable en su momento para estrellas mundiales de la talla de Missy Franklin o Katie Ledecky. Apenas unos días antes, Thomas pulverizó con otra exhibición en las 500 yardas, y un tiempo de 4:37.32, el mejor registro histórico que mantenía Katie Ziegler desde hacía 15 años. El vídeo de la prueba dio la vuelta al mundo. Thomas le sacó mas de media piscina a su primera perseguidora, Catherine Buroker, compañera en la Universidad de Pensilvania. Más de siete segundos las separaron en meta.

Pero la presencia de Lia ha levantado la polémica en la natación norteamericana  y el mundo del deporte por su condición de transgénero. La nadadora, de 22 años, compitió hasta el 2019 en categoría masculina, como Will Thomas, antes de iniciar su proceso de cambio de sexo. Compitiendo con hombres, ocupaba el puesto 462 en su categoría. Desde que lo hace con mujeres, es la número uno. Las reglas de la competición universitaria exigen al menos un año de tratamiento de supresión de testosterona para poder competir como mujer.

En una carta dirigida a la liga universitaria, 16 de sus compañeras han pedido que se la excluya: «Apoyamos totalmente la decisión de Lia Thomas de transicionar de hombre a mujer. Sin embargo, tiene una ventaja injusta en el deporte. Ha sido extremadamente difícil para nosotras ser derrotadas por alguien que compite con ventaja por tener una fuerza, una altura y una capacidad pulmonar propia de los hombres», recoge una misiva que también fue apoyada en público por la nadadora olímpica Nancy Hoghead.

«En este caso, entra en conflicto el derecho individual de Thomas de poder competir con el de las mujeres de hacerlo en igualdad de condiciones, un derecho que se ve vulnerado con su presencia», mantiene Yago Casal, del bufete López&Casal Abogados, experto en derecho deportivo. «Hay muy pocas deportistas trans y la normativa se irá adecuando, pero debe ser igual para todas las mujeres y garantizar su integración», sostiene Carmen Fernández Morante, decana de la Facultad de Ciencias da Educación de la USC y que formó parte de la redacción del proyecto de la ley trans en España.

Phelps lo compara con el dopaje

El conflicto abierto en torno a Lia Thomas ha llevado también a pronunciarse a Michael Phelps, que estableció un paralelismo entre su ventaja y la que aporta el dopaje: «Todos deberíamos sentirnos cómodos con quienes somos en nuestra propia piel, pero creo el deporte debería jugarse en igualdad de condiciones para que haya justicia». La polémica llega solo unos meses después de que la justicia norteamericana tumbara las leyes promovidas por los estados de Arkansas y West Virginia, que prohibían a las atletas que nacieron como hombres competir en deportes femeninos, por considerarlas anticonstitucionales.

«Una posible solución podría ser establecer una categoría para que compitan los deportistas transgénero de forma justa. La desigualdad suele producirse en casos de hombres que pasan a ser mujeres, y no en mujeres que compiten con hombres, por una clara cuestión biológica», sostiene Yago Casal. «La segregación no es la solución, sería discriminar a las mujeres transexuales por su condición», disiente Fernández Morante.

Una polémica tasa de testosterona que será reducida

La presión sobre la USA Swimming, tras las reclamaciones por el caso de Lia Thomas, han provocado que el organismo que rige la natación en Estados Unidos modifique su reglamento para limitar el nivel de testosterona en sangre permitido a las deportistas. En su análisis, la federación detectó que «la mujer mejor clasificada en el 2021 estaría, en promedio, en el puesto 536 en todos los eventos masculinos de piscina corta en el país».

El nivel de testosterona que, siguiendo los criterios del COI, se sitúa en un tope de 10 nanomoles por litro de sangre se reducirá a la mitad: «Deberán demostrar que la concentración de testosterona ha estado por debajo de 5 nanomoles por litro de forma continua durante un período de al menos 36 meses antes de la fecha de la solicitud», recoge el nuevo reglamento. La tasa permitida había sido cuestionada por muchos expertos. «Por término medio, la testosterona en una mujer suele estar en 1,4 nanomoles por litro de sangre. Una tasa de 3,5 ya se considera alta.

Es una cifra verdaderamente elevada para una mujer. Esa tasa la tienen ya muchos hombres. En los varones la media está en los 17, pero hay casos frecuentes de 8 nanomoles por litro de sangre. Veo razonable que la cifra tope se reduzca a cinco tratándose de mujeres para competir en igualdad», mantuvo Diego Bellido, Jefe de la sección de Endocrinología cuando se le preguntó por los niveles en el caso de la atleta intersexual Caster Semenya.

 

La Asociación Nacional Deportiva Universitaria (NCAA) no se ha pronunciado sobre la modificación en la normativa. En todo caso, la nueva reglamentación no entrará en vigor hasta la próxima temporada por lo que Thomas podrá competir en marzo en las finales de los campeonatos universitarios de la NCAA y poner en un brete a la natación norteamericana. Mientras tanto, sigue la polémica.

Por Redaccion Digital

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