Facebook presentó ayer sus resultados financieros correspondientes al segundo trimestre fiscal de la compañía, dando a conocer unas cifras que, por vez primera desde el año 2015, no casaron con las predicciones que los analistas habían llevado a cabo previamente. Una extraña situación que provocó la caída de la acción en bolsa en más de un 20 % tras el cierre del mercado, algo que se ha traducido hoy en su apertura en la mayor pérdida de una compañía estadounidense en un solo día (unos 120.000 millones de dólares).
Aunque varios de los segmentos de los resultados no son ni mucho menos catastróficos (la red social ha experimentado, por ejemplo, un crecimiento anual del 42 % en sus ingresos), desde la compañía se augura que irán a peor en los trimestres sucesivos en una desaceleración que parece hacerse efectiva después de muchos años teniendo consciencia de que llegaría este momento. Entre las razones para que esto sea así se encuentran el pivotaje de la compañía para dirigir usuarios hacia otros apartados como los Stories, donde resulta más complejo hacer dinero, o la entrada en vigor de la GDPR en suelo europeo.
Con un alza del 23.3 por ciento desde el comienzo del año, la acción de Facebook había subido el miércoles a un nuevo nivel, alcanzando los 217.50 dólares. Pero el grupo, atrapado durante meses en la polémica, llevó a los inversores y analistas financieros a quedarse cortos el miércoles por la noche al anunciar los resultados del segundo trimestre. Aunque el número de usuarios activos mensuales de Facebook aumentó 11 por ciento en el periodo interanual a 2 mil 230 millones al 30 de junio pasado, y su facturación subió durante ese lapso 42 por ciento hasta 13 mil 200 millones, los observadores esperaban mejores cifras. Todavía alientan a sus clientes a comprar sus papeles, pero han reducido su objetivo de precio a 12 meses de 225 a 205 dólares por acción.