Es normal que con el cambio en la rutina se afecten los procesos de sueño

Las medidas de aislamiento social, y el tener que adaptarse a estar 24 horas dentro de casa, han afectado en varios aspectos el estado de salud y bienestar de las personas. Una de las principales afectaciones la llegada del insomnio, que se ha visto generalizado, y por otro lado, las pesadillas que hacen presa de las personas que sí logran conciliar el sueño.

En entrevista con BBC Mundo, el neurólogo Hernando Pérez, especialista del Centro de Neurología Avanzada de España, explicó que el sueño tiene dos reguladores; por un lado, el ciclo de la luz y oscuridad, y por el otro, el cansancio.

Cuando tenemos un horario para despertar por la mañana, nos exponemos a la luz del sol, y el cerebro procesa que, en un plazo de 12 a 14 horas, volverá a ser hora de dormir. En este momento, y con el aislamiento, la gente tiende a despertar más tarde, por lo que está expuesta a la luz solar durante menos tiempo por las mañanas.

El cansancio es otro factor importante que se ha visto afectado. Con una rutina normal de actividades, el cuerpo realiza actividad física que agota sus reservas de energía. Con el aislamiento, el cansancio es menor, ya que las actividades realizadas disminuyen considerablemente.

Especialistas en el tema aseguran que la tendencia ha aumentado, y se ha agudizado en pacientes que previamente ya se encontraban en tratamiento por este tipo de trastornos.

Otro problema, derivado de la misma situación, son las pesadillas; “ocurren cuando el contenido de los sueños es muy realista, muy vívido, o porque reflejan situaciones que nos producen ansiedad. Situaciones desagradables en las que nos cuesta escapar de un sitio, hay un enfrentamiento o una pelea”. “Este trastorno se ve agravado cuando hay situaciones en nuestra vida diaria que aumentan nuestros niveles de estrés y ansiedad. De alguna manera nuestro subconsciente lo plasma en nuestros sueños”, señalan los especialistas.

Algunas recomendaciones para disminuir estos problemas de sueño, son las siguientes:

-Establecer una rutina con horarios para ir dormir y despertar por las mañanas.
-Buscar la exposición al sol por las mañanas, ya sea por un balcón o por las ventanas.
-Evitar actividades en la cama como trabajar, estudiar o hablar por teléfono.
-No llevarse a la cama el celular o la Tablet, ya que la prolongada exposición a la luz es un factor que detona la falta de sueño.
-Hacer ejercicio durante el día, pero evitarlo en horarios cercanos a la hora de dormir.
-Evitar postergar la hora de dormir por hacer un maratón de series o películas. Esto afectará gravemente el ciclo de sueño, y no será sencillo regresarlo a la normalidad pasada la emergencia sanitaria.

Además de los factores anteriormente mencionados, el estrés, ansiedad y frustración por las noticias y la situación que se vive en este momento son detonantes de la falta de sueño; por esto lo más recomendable es evitar saturarse de información con tanta frecuencia, y apostar por la relajación y ejercicios de meditación que permitan escapar de las preocupaciones en los momentos cercanos a la hora de dormir.

Se recomienda alejarse de las luces de pantallas antes de dormir, para facilitar el inicio del ciclo de sueño

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