Se cumplieron 120 años del nacimiento de Antoine Saint-Exupéry quién es recordado entre otras cosas por su obra maestra «El Principito». El escritor y aviador francés, Saint-Exupéry, vendió más de 140 millones de copias desde la publicación de su historia protagonizada por el pequeño príncipe. Saint-Exupéry nació en Lyon un 29 de junio de 1900 y falleció en un accidente aéreo a la edad de 44 años, empero su historia sobre «El Principito» sigue siendo considerada un clásico de la literatura infantil y es el libro de origen francés más traducido de la historia.

Antoine nació en 1900 en una familia aristocrática en decadencia. Huérfano de padre a los cuatro años, el pequeño Saint-Exupéry dio muestras tempranas de su especial sensibilidad; así como bullía de imaginación y alegría, también podía mostrarse melancólico y callado. Fue seguramente en este tiempo de infancia, cuando Saint-Exupéry desarrollaría los principales valores de su particular universo, y buscaría hacer realidad su principal sueño.

Movido por su ilusión, el pequeño Saint-Exupéry intentó construir un ingenio volador colocando un mástil y una vela a una bicicleta. Con ella se lanzaba a toda velocidad, con la esperanza de elevarse y volar. Tras unos inicios algo erráticos, Saint-Exupéry canalizó su vocación en el servicio militar.

Con respecto a su obra, además de las rosas, los zorros y las serpientes como posibles inspiraciones para el posterior desarrollo de los personajes del célebre libro, la arena del desierto y de la playa también son otros elementos recurrentes en su vida, que aparecen como escenario en la historia de «El Principito». En 1935 tuvo un accidente con su avión y debió hacer un aterrizaje forzoso en el desierto del Sahara: fue una experiencia traumática que casi le cuesta la vida, ya que estuvo perdido entre los médanos junto a su mecánico durante cuatro días.

Las dunas de las playas de Ostende, en la costa argentina, en cambio, habían sido años antes un escenario más placentero: una leyenda local asegura que allí se inspiró Saint-Exupéry para crear el ambiente de «El Principito», ya que pasó dos veranos consecutivos, en 1929 y 1930, como huésped del hotel más antiguo del balneario. La habitación 51 del primer piso del Viejo Hotel Ostende se conserva tal cual la conoció Saint-Exupéry, con los muebles originales y papelería de la época en donde, según dicen por allí, el escritor habría anotado las primeras ideas para su libro.

Fue en un vuelo de reconocimiento sobre la zona de Córcega, el 31 de julio de 1944, que murió abatido por un avión alemán. Un año antes se había publicado en Nueva York su obra Le petit prince, El Principito, el libro no religioso más traducido de la historia pero que no deja frases maravillosas que viven en nuestro colectivo imaginario. ¿Cual es tu favorita?

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