El cambio climático ha alterado drásticamente la biodiversidad del planeta, lo cual favorece la transmisión de patógenos causantes de enfermedades tales como dengue, paludismo, asma, tuberculosis, ébola, fiebre amarilla, cólera, diarrea, parásitos intestinales, hipotermia, tracoma, peste. Hasta hace unos años, había quienes aseguraban que el cambio climático era ciencia ficción.

Todas ellas relacionadas con las olas de calor, la falta de agua potable, la reproducción de plagas y las inundaciones. Pero ahora, un equipo de la Universidad de Hawái (Estados Unidos) ha sacado un estudio donde aseveran que este ha influido en más de 200 enfermedades.

El estudio, publicado este mes de agosto en la revista científica Nature, tenía como motivación inicial encontrar si el cambio climático había influido en la aparición y expansión de la covid-19 pero se amplió y cruzaron datos con más de 70.000 artículos científicos y su incidencia en más de 200 enfermedades.

Camilo Mora, colombiano, profesor asociado en el Departamento de Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Hawái, ha liderado este estudio de cómo se han visto afectadas hasta 200 enfermedades por el cambio climático.

«El cambio climático ha complicado el 58% de todas las enfermedades que hay en la humanidad», cuenta Mora. «Muchas enfermedades que ya están ahí, pero puede hacer que empeoren».

Para esto, explica con un ejemplo: «Yo me puedo sentir fuerte, pero de repente viene Mike Tyson. Puedo aguantar, pero me va a pegar una trilla (paliza). Pero si en ese mismo escenario se meten 3 más como él, no voy a sobrevivir».

«Es fuerte la vulnerabilidad que tenemos respecto a esto», añade.

En la investigación, los autores exponen que encontraron 3.213 ejemplos empíricos en los que los peligros climáticos estaban implicados en enfermedades patógenas.

Entre los principales fenómenos que causa el cambio climático, señalaron cuatro como los que afectan a más enfermedades: el calentamiento global, que incide en 160 enfermedades distintas, el aumento de las precipitaciones (en 122), las inundaciones (121) y la sequía (81).

Encontraron más de 1.000 vías únicas en las que «las amenazas climáticas, a través de diferentes tipos de transmisión, dieron como resultado casos de enfermedades patógenas» pero las englobaron en cuatro procesos generales y que tienen que ver con cómo se comportan el patógeno (lo que nos infecta de un modo o de otro) y quien se infecta, es decir, las personas.

1. Acercamiento de los patógenos al ser humano

Esto se refiere al cambio geográfico de las especies debido al cambio climático.

Cambia la zona en la que normalmente habitan por algo que esté relacionado con el cambio climático, como un aumento de lluvias, sequía o el deshielo de zonas de nieve y, debido a ello, los animales y todos los patógenos que traen con ellos, se desplazan.

Por ejemplo, explica Mora, los murciélagos que están en mitad de la selva y viven allí con sus patógenos. «Resultado, por ejemplo, de un incendio, el murciélago tiene que moverse, se acerca a nosotros y con él, todos sus patógenos».

«Se afecta su hábitat, estamos tirándole el rancho a los animales», sostiene.

Y ahí aumenta la probabilidad de contacto entre ambos y, por lo tanto, el contagio de cualquier enfermedad.

2. Acercamiento de las personas a los patógenos

Con el cambio climático ha habido fenómenos meteorológicos que se han incrementado y esto ha derivado en el desplazamiento de los seres humanos tanto de modo provisional como permanente a lugares donde se concentran los patógenos que nos causan diversas enfermedades.

Un caso es el incremento de huracanes, o las inundaciones. «Tienes que caminar por ahí (en el agua, en medio de una inundación) y eso está lleno de bacterias y virus. Tú te metes en el patógeno», apunta Mora.

Así, aumenta el contacto entre humano y patógenos y, por ende, la probabilidad de tener enfermedades asociadas a ello.

La sequía también ha hecho que las personas se desplacen.

«Por ejemplo, en África, la gente debe migrar donde hay agua. En el desplazamiento transportan animales y con ellos sus patógenos y todos se aglomeran en el mismo sitio donde está el agua».

Y, de nuevo, esto hace que la probabilidad de enfermarse por el aumento del contacto con los patógenos, aumente.

3. El cambio climático está haciendo que algunas enfermedades sean peores

Al cambiar las condiciones climáticas en algunos lugares, los organismos y patógenos o mueren o se adaptan. Por selección natural, sobreviven los más fuertes. Y esto tiene su incidencia en las enfermedades.

Por ejemplo, explica Mora, nosotros tenemos la fiebre como mecanismo para pelear contra algunas enfermedades y «esta genera unas condiciones que no gusta a los patógenos».

Pero a consecuencia de las olas de calor, los patógenos están tolerando temperaturas más altas.

«Si hay una ola de calor de 40 o 42 grados centígrados, mata a ciertos patógenos, pero los que sobreviven tienen la capacidad para soportar eso, que es una temperatura más alta que la fiebre humana normal. Así que el patógeno ya tiene la capacidad de contrarrestar tus defensas naturales», explica.

Este mismo incremento de la temperatura hace que se acelere el ciclo de reproducción en algunas especies.

También pasa con el incremento de las temporadas de lluvias en algunas zonas y, en su caso, con los mosquitos, importantes vectores de enfermedades como el chikungunya, la fiebre amarilla o el dengue.

«Si las condiciones óptimas de la cría de los mosquitos se extiende, por ejemplo, por dos meses, hay más oportunidades de que se reproduzcan», cuenta.

4. El cambio climático nos está haciendo más débiles y con peores defensas

Esto ocurre a través de varios mecanismos.

Uno tiene que ver con las infraestructuras y el acceso a ellas. Por ejemplo, «ante un huracán o una inundación, la caída de infraestructuras hace que no tengamos acceso a servicios de salud».

Pero también nos afecta a nivel corporal.

Por nombrar solo uno de ellos, este tipo de cambios generan una alteración del cortisol, la hormona que se activa ante los peligros para, a su vez, activar el mecanismo de «defensa» o de «huida».

«Esto afecta a nuestro sistema inmune y, si te infectas, tienes menor capacidad para pelear», señala Mora.

Los más «beneficiados»

Las enfermedades, que van desde diarrea hasta enfermedades cardiovasculares, encefalitis o dermatitis, tienen unos causantes principales: virus y bacterias, «los que más sobreviven», explica Mora.

La transmisión se hizo, principalmente, por el agua, aire, por contacto directo o por consumo de alimentos.

Por Redaccion Digital

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