La empresa Johnson & Johnson informó que dejará de vender su producto de talco para bebé en Estados Unidos y Canadá, derivado de la «reevaluación de la cartera de productos de consumo relacionados con Covid-19», en realidad se sabe que la compañía enfrenta más de 16 mil demandas de consumidores que afirman que el talco «Baby Powder» les ha provocado cáncer.
Según publicó la Agencia Reuters a finales de 2018, la compañía sabía desde hace 40 años de la presencia de pequeñas cantidades del cancerígeno asbesto, aunque lo negaron en repetidas ocasiones. Ahora la firma señaló que planean reducir las ventas del producto en los próximos meses, aunque las empresas minoristas continuarán desplazando el inventario, hasta que este se agote; esta decisión viene a ser un fuerte golpe para la compañía que durante más de cien años ha promovido la seguridad de su talco para bebé, aunque aseguraron que continuarán defendiendo su producto ante los tribunales.
Mientras tanto, miles de consumidores, en su mayoría mujeres con cáncer de ovario, han demandado a la compañía por no haberles advertido de los potenciales riesgos de sus productos. Un jurado en Saint Louis, Missouri, le ordenó a la compañía en julio de 2018 pagar 4.690 millones de dólares a 22 mujeres y a sus familias, luego de que estas atribuyeran su enfermedad al uso del producto para bebés, aunque la evidencia científica al respecto nunca ha sido concluyente. Unos meses antes de que se diera a conocer la resolución del caso, la máxima autoridad sanitaria de Estados Unidos, (FDA, en sus siglas en inglés), realizó un estudio con muestras del producto y dijo que no detectó presencia de amianto (asbesto).
Krystal Kim, de Filadelfia, quien ha sobrevivido a dos episodios de cáncer de ovario atribuidos al producto de la multinacional, y quién fue una de las que ganó la demanda, señaló en entrevista con The New York Times que la decisión de retirar el polvo de talco es una victoria. “Esto significa que no habrá más niñas que pasen por lo que nosotras pasamos”, sostuvo. “Esto se detiene ahora. Ese monstruo está fuera de los estantes”. Aunque en el resto del mundo se seguirá comercializando. Los informes revelados durante el litigio dieron cuenta de que la compañía había estado preocupada durante medio siglo sobre la posibilidad de rastros de asbesto en su talco.
El amianto es un conocido cancerígeno. Así lo clasifica la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que incluye el talco con fibras de este material en su lista al mismo nivel.