Campeche y Quintana Roo son los estados de México que hoy en día cuentan con el mayor número de ejemplares de jaguar, por lo que es momento de tomar acciones para su protección hacia el 2050, coincidieron especialistas durante el diálogo El jaguar y su conservación en Quintana Roo, organizado el marco del Día Internacional del Jaguar, que se conmemora cada 29 de noviembre.

En el diálogo, organizado por el Instituto de Biodiversidad y Áreas Naturales Protegidas de Quintana Roo, hicieron énfasis en que se trata de una especie que no sólo es de gran valor para el ecosistema, sino también para toda la región por su relevancia en la cultura maya.

El director general y cofundador de la reserva ecológica El Edén, Marco Antonio Lazcano Barrero, resaltó que es de vital necesidad trabajar en la conectividad y pasos de fauna para mantener y restaurar hábitat, lo que de la mano con toda la identificación de sitios prioritarios podría reducir los atropellamientos.

“Por otro lado, creo que un gran valor que tiene Quintana Roo, que va a ser otro poquito comercial, es el que tenemos ya sitios donde se ha generado información de muy largo plazo. Tenemos a El Edén, el (parque del) Jaguar, el sitio de Laguna, un área destinada voluntariamente a la conservación y es un sitio donde se está generando información de manera constante sobre el jaguar, sus poblaciones, sus hábitos alimenticios, la genética, otros aspectos”, informó.

Estos espacios se convierten en termómetros dentro del estado que están ocupando los ejemplares y está permitiendo tener una injerencia a nivel regional de conservación, entonces, se vuelven primordiales.

Por su parte, Cuauhtémoc Chávez, jefe del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Lerma, hizo énfasis en que al hablar de Quintana Roo no se puede perder de vista que es un espacio turístico y se tiene que pensar ya en medidas de mitigación, porque se debe buscar la forma de armonizar este desarrollo turístico que se está dando con el respeto a la especie.

“Tenemos que ver cómo retribuir o cómo los turistas tienen que retribuir precisamente ese impacto que generan al llegar a este sitio. Precisamente tener un mecanismo en el cual ellos paguen parte de esa conservación que tenemos que realizar, porque al final de cuentas están haciendo uso de la zona”, estimó.

La meta, coincidieron los ponentes, es mantener el hábitat y como población humana debe de tenerse precisamente una relación armónica con la naturaleza, por lo que habría que pensar y repensar cuáles son esas actividades económicas a desarrollar, porque el norte está relativamente bien desarrollado y el sur cuenta con ciertas carencias y se debe equilibrar en los dos sitios.

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