Los matrimonios infantiles son una práctica que constituye una forma de discriminación de género que afecta y vulnera seriamente los derechos particularmente de niñas y mujeres. Mire amable lector, sobre el tema le va un dato: en el 2012 según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, cerca de 400 millones de mujeres entre los 20 y los 49 años se habían casado o unido antes de cumplir los dieciocho años en todo el mundo. Lo más grave es que estos datos han aumentado a 700 millones en 2016 y de mantenerse la tenencia actual podría incrementarse a 950 millones en 2030.
En España la Fundación Plan Internacional reporta que cada dos segundos una niña es obligada a casarse. ¡Vaya dato! Este problema afecta a todos los países, culturas y religiones del mundo y en distintas proporciones a causa de distintos los factores: la pobreza, la exclusión, la falta de oportunidades y la desigualdad de género y los estereotipos culturales arraigados en nuestras sociedades, que ven con normalidad que las niñas se casen o sean madres en la adolescencia, mucho antes de que tengan las condiciones físicas y emocionales para hacerlo.
¿Cómo estamos en México? Una reciente investigación de Irma Kánter Coronel, denominada “El matrimonio infantil y las uniones tempranas en México” publicada en la seria Mirada Legislativa No. 141 del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, reporta que las niñas y adolescentes de las regiones más pobres de México se ven mayormente afectadas por el matrimonio infantil y las uniones a temprana edad. En la Región Sur -por ejemplo- conformada por los estados de Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán, en donde se ubican algunos estados con los índices de población en pobreza y pobreza extrema más elevados del país registra la mayor proporción (27.7) de entre los 20 a los 49 años que se casaron o unieron antes de los 18 años y cerca de 19% de las adolescentes entre 15 a 19 años estaban ya casadas o unidas.
En contraste, la región Noreste, integrada por estados que se caracterizan por tener menores niveles de población viviendo en pobreza y pobreza extrema, presentan menor proporción (22.8) de mujeres de 20 a 49 años casadas o unidas antes de cumplir los 18 años, así como una menor proporción de mujeres de 15 a 19 años actualmente casadas o unidas. En el Centro del país integrado por la ciudad de México y Estado de Mexico un 18.8 por ciento.
El matrimonio infantil y las uniones tempranas vulneran una serie de derechos, entre ellos el derecho a la salud de las niñas y adolescentes, el derecho la educación, el derecho a su bienestar y a disfrutar su infancia y, en general, el derecho a desarrollarse plenamente en todos los ámbitos de la vida. Por eso es importante regular el marco jurídico en el país, dado que en treinta estados del país los Códigos Civiles o Familiares contemplan los 18 años como edad mínima para contraer matrimonio; sin embargo, ocho aún admiten dispensas. El Código Civil Federal y los relativos a los estados de Campeche y Chihuahua, además de que son discriminatorios, establecen una edad diferente al matrimonio para hombres y mujeres; ésta es menor de 18 años. Las edades que contemplan son 16 años para hombres y 14 años para las mujeres.
Y no sólo eso, los legisladores también deben trabajar para armonizar la edad mínima de 18 años para contraer matrimonio en las Leyes Estatales de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, hoy por hoy solo 18 estados contemplan el requisito de edad establecido en la Ley de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, pero 14 entidades federativas no especifican disposición alguna sobre la edad mínima en la que niñas, niños y adolescentes pueden contraer matrimonio. Asignatura pendiente que no es asunto menor y debe corregirse y atenderse.