Investigadores del Instituto de Métrica y Evaluación de Salud (IHME) de la Universidad de Washington revelaron que aunque en América Latina tenemos menos del 10% de la población del mundo, los muertos por Covid-19 son el 25% del total y para diciembre de este año habrá acumulado 495,000 fallecidos desde el inicio de la pandemia, estimó el equipo de científicos que realiza el seguimiento de la situación regional.
Aun más impactante es que actualmente un 43% de las muertes que se producen cada día en el mundo por Covid-19 corresponden a América Latina, según un cálculo basado en un promedio móvil de siete días. “Para finales de año la primera causa de muerte en América Latina va a ser el Covid-19“, indicó Rafael Lozano, director de sistemas de salud del Instituto de Métrica y Evaluación de Salud (IHME) de la Universidad de Washington.
Lozano, considerado una autoridad en mortalidad por Covid-19, es uno de los participantes en un seminario organizado por el Instituto de Estudios Avanzados para las Américas de la Universidad de Miami (UM) junto con el IHME, que se celebra esta semana por videoconferencia.
Según dice, la Covid-19 será la primera causa de muerte en México en 2020, al igual que en Estados Unidos, pero en Brasil se espera un descenso de la mortalidad por el nuevo coronavirus en la parte final del año y el “número uno” seguirán siendo las enfermedades cardiovasculares, como antes de la pandemia.
Brasil y México a la par
La mayor parte de las muertes proyectadas para comienzos de diciembre en América Latina corresponden a México y Brasil, dos países que están “a la par” en sus insatisfactorias respuestas a la pandemia, dice a Efe la directora del Instituto de Estudios Avanzados para las Américas, Felicia Knaul, gran conocedora de los sistemas de salud de América Latina.
La también directora del Observatorio para la Contención del Covid-19 en América Latina subraya que los dos países más grandes de la región, coinciden, a pesar de tener Gobiernos de signo opuesto, en carecer de políticas públicas de ámbito nacional basadas en evidencias científicas para responder al Covid-19.
Y ninguno de los dos tiene un mensaje “claro, conciso y consistente” para la población sobre la Covid-19, agrega Michael Touchton, encargado del “caso brasileño” en el Observatorio.
Observatorio para la contención del Covid-19 en América Latina
En un principio “medía” las medidas preventivas tomadas por los Gobiernos en la fase del confinamiento y la respuesta de la población, en este caso a partir de datos sobre movilidad. Ahora se estudian otros factores como las directrices sobre el uso de mascarillas y las políticas en torno a las pruebas clínicas para detectar el virus, entre otras.
“Chile está sobresaliendo en la región como el país que más ha logrado hacer en cuanto al uso de pruebas y rastreo de contactos” de contagiados, dice Knaul.
En la tasa de pruebas diarias por cada 1,000 personas en un promedio móvil de siete días, Chile tiene una puntuación de 1.4, por detrás de 2.5 de Reino Unido y 2.2 de Estados Unidos y por delante del resto de los países latinoamericanos, de los que el más cercano es Colombia con 0.6, según estos datos.
De los países incluidos en el Observatorio, Colombia es el que cuenta con una política más completa respecto al uso del tapabocas, lo que incluye desde haber emitido directrices para su uso al inicio de la pandemia hasta los lugares y circunstancias donde debe usarse y la obligatoriedad, con un puntaje de 91 sobre 100.
Le siguen en forma muy cercana Bolivia y Chile, mientras Brasil (con 77) y México (con 72) no han logrado concretar una política nacional.
Knaul está segura de que todos los países de América Latina tienen margen para reforzar la obligatoriedad del uso de la mascarilla, implementar campañas sobre cómo usarla bien y facilitar el acceso a ese medio de prevenir el contagio.
En México y Brasil faltan las tres cosas, agrega Knaul, quien junto a Touchton destaca que las posturas del presidente mexicano, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que no lleva mascarilla en actos públicos, y del brasileño, el derechista Jair Bolsonaro, que no la llevaba hasta que se contagió, no ayudan.